Del "pensamiento débil" a la “teorización espumosa” en dos conceptos nodulares, “Capitalismo gore” y “necropolítca”, de Sayak Valencia Triana[1]. Panópticas sobre el discurso actual.
Por: Yahir Alonso
Ortiz
Las críticas al paradigma posmoderno están centradas tanto en la superficialidad, uniformización
mecánica de situaciones y fragmentación fortuita de sus propuestas, como en la debilidad/oscuridad del corpus
conceptual y estilístico con que se presentan.
Esas características
del pensamiento posmoderno señaladas por la crítica son posibles de rastrear en el libro “Capitalismo gore” (Sayak
Valencia, 2010), principalmente en los
ensayos posteriores a dicha publicación, de los cuales se ha tomado uno para
esta ocasión.
En “Capitalismo Gore y
necropolítca en México contemporáneo” (2012),
Valencia Triana intenta fortalecer su interpretación sobre la
“actualidad” social y política mexicana a partir del empleo de importantes conceptos, textos y autores, como
el ya clásico “Necropolítica” de Achille
Mbembe y otros de Gilles Lypovetsky o
Carlos Monsiváis. Lo cierto, aunque curioso o alarmante –sus comentarios en
algún momento fueron considerados necesarios para los trans-media, e incluso ganadores de un premio de ensayo-, es que al
penetrar su discurso textual quedamos
maravillados/maravilladas no sólo con series de conceptos e interpretaciones políticas,
psicoanalíticas y sociales, envolventes
(“sujeto endriago”, “necroempoderamiento”, “pulsión”, “proceso productivo
gore”, “prácticas gore”, “territorio de guerra”).
Mientras
percatamos especulaciones conceptuales e interpretativas de la
realidad en el corpus estilístico del ensayo en cuestión; mientras apartamos el
deslumbramiento, al que fuimos conducidos por su apasionante y emocional
narrativa, ya estamos atrapados en escollos teoréticos de mayor complejidad,
ambigüedad e incertidumbre. Pronto nos damos cuenta que también la retórica se encuentra
descontextualizada en tanto sigue una lógica discursiva supraindividual;
consideremos: el territorio mexicano “campo de batalla”, “demandas excesivas de
hiperconsumo”, “obsesión”, “pulsión de
odio”, “economía sacrificial de la muerte”, “Frontera”.
Mediante singulares
ideas y términos Sayak ofrece al lector una sofisticación conceptual, aunque
desarraigada de su contexto original. Alejados, fragmentados, los términos de
su raíz etimológica, marco teórico,
nicho epistémico, se reduce y empobrece
su capital sígnico.
A S. Freud, J. Lacan,
S. Genovés, E. Marroquín y S. Zizek, los
conceptos: “deseo”, “muerte”,
“violencia”, “guerra”, “pulsión”, “obsesión”, les llevó años e
innumerables hojas explicar y emparentar de manera transdisciplinar, Sayak
Valencia no tiene reparos en utilizarlos con intenciones instrumentalistas y
mecánicas, que ella misma ha criticado.
G. Bataille e incluso el mismo A. Mbembe, integran la lista de autores
cuyos conceptos se emplean en “Capitalismo Gore y necropolítica” con
intensiones maniqueas.
Pareciera que la
terminología que retoma Sayak emerge
accidental/mecánica e inspirada más por la necesidad de convencer que por la
lógica/necesidad de su marco teórico y discursivo, que por la naturaleza del
individuo y las dinámicas político-sociales a las que se aproxima. Conceptos y
temáticas como autoafirmación, empoderamiento, muerte, frontera, colonial,
pulsión, deseo o guerra se ofrecen uniformizadas, sin atisbar particularidades nacionales o paradigmáticas.
Al no considerar las
diferencias específicas su postura se torna cosificante y contra su propio
discurso. Si Sayak hiciera una revisión a la parafernalia conceptual que
utiliza, sus propuestas se sumarían al
“rolls royce” del paradigma en que se ha instalado.
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